martes, 21 de mayo de 2013

MIS FANÁTICOS PAPIS

Esto es un "ordenado" acto religioso
 Hace pocos días, en una red social, me llegó una foto de los actos de la exaltación de la Virgen en Valencia. En esa foto, se veía a un niño pequeño, casi un bebé, llorando en brazos de alguien que sobre una multitud lo acercaba a tocar la talla de la Virgen, la "Geperudeta" que le llaman aquí en Valencia.

A mí, se me quedó grabada la cara del niño: cara de miedo, inseguridad, lágrimas. En ese momento tuve una imagen mental de los padres del niño. Los vi como unos egoístas descerebrados, unos idiotas que prescindían de todo cuidado con la seguridad de su hijo para satisfacer un capricho suyo de puro fanatismo religioso.

La cosa no fue a mayores y al niño no le pasó nada, y volvió a los brazos de sus padres que seguro que lo abrazaron como si ahora el niño fuese un pan bendecido o cualquier otro objeto de superstición popular de los que se ponen en las vitrinas de las casas para ver si traen trabajo, salud o cualquier otra cosa que pueda caer desde el cielo.

No es exclusivo de la iglesia católica este tipo de celebraciones. La peregrinación anual a La Meca, nos trae siempre esas imágenes de multitudes dando vueltas alrededor de la Kaaba para terminar dando un beso a la piedra negra; en la India también se forman grandes aglomeraciones de fieles hindúes a orillas del Ganges.

El hecho de que este tipo de celebraciones se celebre, por tradición religiosa, no quita para mi, el hecho de que se deban realizar bajo el criterio del sentido común. Ha pasado más de una vez que en una aglomeración de este tipo, han fallecido personas por aplastamiento, empujones o pisotones, porque un pequeño detonante que empuje a una masa humana hacia el pánico y el desorden puede ocasionar estos tristes accidentes.

Aquí es donde entran en juego las autoridades, tanto civiles como de la iglesia. Si saben que se celebra un acto de este tipo, donde los fieles quieren tocar una figura de madera todos a la vez, deben de organizarlo para que lo hagan de forma segura, o directamente prohibirlo. Porque yo, cuando veo imágenes como la de ese niño, por encima de una multitud, convertidos en energúmenos (por mucho disfraz de fervoroso catolicismo que quieran ponerse) se me ponen los pelos de punta; porque los accidentes ocurren, sí, pero si se minoran los riegos se pueden evitar.

Eso sí, queda muy bien la foto de la figurita de madera rodeada de fieles. Eso es marketing puro. A la iglesia le viene muy bien, esa imagen de fervor popular, demostración muy sutil de su poder de manipulación de las personas con supersticiones.
A los políticos también les parece bien eso de "mantener las tradiciones", pero hay una cosa que se llama "deberes públicos" y ninguna celebración por muy religiosa que sea debería eludirlos. Uno de ellos es el mantenimiento del orden público, pero si me extiendo, también podría hablar de la especial protección del menor, aunque sea de la falta de conocimiento de sus propios padres.

miércoles, 8 de mayo de 2013

NO ES PAÍS PARA VIEJOS

Podríamos usar esta bandera perfectamente
 No es país para viejos. Ni viejos, ni enfermos, ni emigrantes, ni dependientes.
Tampoco lo es para quienes quieran estudiar una carrera ni montar un negocio. No es un país para nadie con buenas intenciones, no le van a apoyar.

Tampoco es país para manifestarse; si sales a la calle, o protestas no sólo alteras el orden público, si no, que además eres un antipatriota que no aportas nada constructivo.

Tampoco es país para escraches. Te tratarán de violento, nazi, acosador, intimidador, lo peor.

Y si eres funcionario eres un mamón desagradecido de la teta del Estado español, que escupes la mano que te alimenta sólo porque te han bajado el sueldo.

Sí es país para bancos, constructores corruptos, políticos y familiares chorizos.

Sí es país para defraudadores, asesores inútiles, conductores irresponsables, empresarios sin escrúpulos ni responsabilidad social ninguna.

Sí es país para obispos, curillas, manipuladores de la opinión y estranguladores de las libertades.

Esto de ser español, cada vez tiene menos gracia..